Cant. Páginas |
Tamaño |
Tipo Papel |
Encuadernación |
80 |
21x14 |
Bookcel 80 grs. |
Binder |
Resumen
"Se iba los domingos, en el tren de las 19:00 horas, la despedía con una sonrisa y ella con un gran abrazo y un beso interminable. La empezaba a extrañar ni bien la marcha, primero lenta de la locomotora comenzaba a arrastrar los vagones hacia la gran ciudad. Ahí su rostro, pegado a la ventanilla, comenzaba a desdibujarse hasta desaparecer en la distancia. Agitaba un rato más mi mano, a pesar de saber que no podía verme, cuando me cansaba volvía a mi casa con la imagen de su rostro grabada en mis retinas, deseando que el tiempo se acortara y que el viernes llegara pronto"<p/>
"Un día, cuando pintaba las ventanas de una casa cercana a la plaza, Ana la dueña y profesora de piano del pueblo, escuchó música que venía del comedor.Asombrada se asomó a la puerta y lo vio: sentado en el banco color bordó, estaba Pipi. Sus dedos se deslizaban expertos por cada una de las teclas ya amarillas del viejo piano de cola, envolviendo el lugar con la magia de una música perfectamente ejecutada".<p/>
"Entonces, dulcemente, me miraste y acariciando mi pelo largo y rubio, hiciste que mis ojos se volvieran hacia el cielo en aquella noche de luna llena. Enseguida llevaste mi mano de pequeños dedos llenos de témpera, haca la majestuosa esfera, y con los tuyos señalaste las imágenes que decías se formaban en la luna impresionante que parecía estar muy cerca. Miré incrédula, pero era tanta la seguridad de tus palabras, que fingí ver las hadas de tu lunay las convertí en mías, sonreíste feliz