John Stuart Mill escribió en cierta oportunidad que “la batalla de Maratón, incluso como un evento en la historia inglesa, es más impotante que la batalla de Hastings”. El siglo XIX presenció un creciente interés por el estudio del Mundo Antiguo clásico, lo que coincidió, a su vez, con la súbita profesionalización de los estudios clásicos en diversas universidades europeas, comenzando con la fundación de la Universidad de Berlín. Se crearon institutos, cátedras y seminarios que permitieron institucionalizar la disciplina naciente, primero en Alemania y, luego, en otros países como Inglaterra, Francia e Italia. Sin embargo, si ello ocurrió en aquel preciso momento fue porque la sociedad reconoció que aquella realidad histórica aparentemente tan lejana en el tiempo, tenía cierta importancia para la comprensión del presente. En este libro, fruto de un trabajo colectivo, se exploran algunas de estas interpretaciones sobre el mundo griego y romano, pero con un ojo puesto siempre en la dimensión del presente de cada uno de los historiadores estudiados, puesto que, después de todo, el dictum de Benedetto Croce de que “toda historia es historia contemporánea” sigue siendo válido.