Existen historias que tienen lugar en el cotidiano e incluso que emergen entre escombros, pese a ser imperceptibles ante los ojos de una sociedad un tanto negadora. Este libro encierra vidas comunes de gente común y habilita otras voces. Voces que saben de desgaste y desborde, que son capaces de anteponerse frente a las ruinas que observan y a una realidad que acomete constantemente, que se han doblegado, pero no han renunciado a sus ideales, e incluso otras que, luego de desmoronarse, han resurgido con más fuerza.
Cada historia mínima palpita entre los escombros y emerge para darse a conocer. Se sacuden el polvo y vuelven a tomar forma, otra distinta quizá, para no ser olvidadas.
Cristian Lasser traza una atmósfera inquietante que te mantiene en vilo hasta ser resuelta, aunque esto no siempre suceda y es así como el lector comienza a sentirse interpelado. La prosa se mece en el límite entre lo real y lo fantástico y los suburbios y los márgenes son ahora los lugares predilectos que el autor escoge para atrapar al lector.