La primera vez que aquellos ojos del color del zafiro se posaron en ella, no podría haber imaginado la cadena de hechos que se entrelazarían a partir de aquel contacto, alejándola de su tranquilo mundo de secundaria y enredándola en una oscura civilización que camina en silencio entre las calles de la suya. Liz comenzará a indagar entonces sobre los enigmas que envuelven a aquellos seres tan temidos y cuestionados por los humanos, y se verá ella misma intentando escapar de un caprichoso destino que se obstina en dejarla siempre entre colmillos escarlata.