Todo comenzó con los conquistadores que invadieron estas tierras en 1573 y terminará en 2153, con una guerra sangrienta por el empobrecimiento y la privatización de los recursos naturales. A menos que los chicos puedan salvarnos. A menos que recuerden que el agua es el mensaje.
En 2015 la Fundación Talentos Mayores eligió a un grupo de ocho niños para que lideren el cambio más revolucionario y profundo que el hombre podría experimentar. Los ha elegido por su inteligencia y su genialidad, por sus capacidades creativas, para formarlos con generosidad, solidaridad, ética, conciencia social y responsabilidad ecológica.
Claro que, para formarlos, tendrán que vivir aventuras inolvidables, conocerán a seres líquidos de la ciudad intraterrena de Erks, desafiarán la relación espacio-tiempo, recorrerán cuevas y túneles debajo de las Sierras de Córdoba, en la búsqueda del santuario del agua de los comechingones (pueblo originario de Argentina), e investigarán el robo de un camión cargado de oro.
Para su misión primaria conocerán un raro objeto ancestral, el rollo de Ongamira, capaz de comunicar a los elegidos datos sobre el pasado, el presente y el futuro. Para ello, deberán colocarlo en su cuna, en las entrañas de la tierra, donde se encuentra el santuario. A la sazón, un lugar mágico en el que las enfermedades se curan y el tiempo transcurre de manera diferente. Un lugar donde las paredes tienen extrañas inscripciones, incluso el dibujo de un mapa visto desde el espacio, pero anterior al descubrimiento de América.
Si conociéramos un dato cierto del futuro, que puede acabar con la vida en el planeta tal cual la conocemos, ¿hasta dónde seríamos capaces de llegar para evitarlo?