Resumen

El síndrome de enclaustramiento, la muerte, la eutanasia, la angustia, el encono. En su propio testimonio, Gustavo habla de estar preso. Su relato nos enfrenta a la vida que debe ser vivida contra todo pronóstico. Su lucha es hoy por completar los implantes de células madre, con las que se mejora su calidad de vida.Al mismo tiempo, plantea: ¿quién puede decidir acerca de la vida de las personas?. Y se pregunta: ¿Por qué Dios permite este sufrimiento? ¿Cuál es y ha sido el sentido de la vida? ¿Por qué tanto padecer? Las búsquedas a esas respuestas transitan siempre por los senderos del cariño: a los hijos, a los hermanos,a la amiga que queda… A las familias de otras personasque sufren esta situación o una similar. El desafío es trascender, darse a conocer, y abrir debates singulares que muevan la posición de enfermedadhacia las personas que las padecen.

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